domingo, 13 de septiembre de 2009

EL ÉXITO O FRACASO DE LAS EMPRESAS


Tiempos difíciles los que nos tocan vivir actualmente. Tanto se ha dicho y escrito sobre la crisis económica que estamos sufriendo, que parece realmente absurdo querer justificar los motivos y  las verdaderas causas de la misma. Pero es necesario hacer alguna reflexión. El mundo globalizado en que vivimos nos hace disfrutar de muchas ventajas, pero también de muchos inconvenientes. Todo nos afecta a todos. Podemos comunicarnos instantáneamente con un amigo en otro punto del planeta, pero también ver en directo lo peor de nuestro mundo: el hambre, la miseria, las guerras, el egoísmo, la insolidaridad….

Como parte de este mundo globalizado, la economía ha llegado a ser en nuestra sociedad un ingrediente vital de subsistencia. Ha logrado desarrollo, avance, conocimiento, pero también injusticias, desigualdades, rencores, envidias…. Lo verdaderamente triste, es que la  vida del ser humano dependa tan radicalmente de los procesos económicos. Se ve afectada directa o indirectamente, por las decisiones de algunas personas, con gran capacidad de incidir en el destino de los demás. Así, por ejemplo, una individuo en Shangai decide invertir o desinvertir en un determinado producto financiero vinculado a la producción de maíz, y ese producto, baja o sube de precio de tal forma, que puede hacerlo improductivo para quien lo cultive, o realmente inalcanzable por su precio, para quien lo consuma. Unos señores, no más de treinta o cuarenta, se reúnen en Europa, y deciden que millones de personas hipotecadas tengan que contribuir alícuotamente a su cuenta de beneficios, por aquello de los tipos de interés. Otros cuantos, con actuaciones de irresponsabilidad social realmente dramáticas, se dedican a estafar a ricos y menos ricos, o vender productos financieros que son falsos. En fin… todo nos afecta a todos.

La sociedad moderna suele aprender de sus errores, pero los plazos para el análisis y la rectificación son tan largos, que se llevan consigo a generaciones de familias que les toca vivir lo peor del momento. La sociedad se percató hace años, de que un régimen económico de máximo control e intervención por el estado político, no era positivo para sus miembros, creando pobreza y estancamiento social. Ahora, en la actualidad, percibimos que el liberalismo salvaje de la economía de mercado, crea riqueza pero también la destruye, provoca desigualdades, y mira para otro lado en lo que no es su propio ámbito. Primera reflexión: ¿Que sistema económico adoptar? Pues lo mejor de ambos macrosistemas: Una economía libre de mercado regulada, que controle la irresponsabilidad de las personas que no son responsables.

Otro factor importante del sistema económico actual son sus “interpretadores”. Los clásicos teóricos nos aportaron sabiduría y método para analizar las distintas cuestiones que afectan al sistema. Pero se ha llegado al extremo, que cualquier persona con un master en economía, o sin el, detrás de un ordenador, lanza su análisis fundamental al viento de Internet, y provoca la bajada o subida de valores, productos, mercados, etc., con la consecuente destrucción de riqueza y productividad para muchos, y el incremento de beneficios para unos pocos. Ejemplo: una agencia europea de análisis de riesgos baja la calificación de España en su propio estudio. La consecuencia inmediata, es que en su emisión de deuda pública, nuestro país tenga que pagar más interés a los ahorradores. Interés que sale de los bolsillos de los contribuyentes. Lo más curioso de todo es que los gurús de la economía, “especialistas en predecir lo que ya ha sucedido” siguen insistiendo en predecir y reafirmarse en sus tesis y planteamientos. Segunda reflexión: ¿Quién puede predecir el futuro? Nadie: podemos estudiarlo y analizarlo, pero solo estimarlo. Y para ello, son muy pocos a los que verdaderamente hay que escuchar. 

La verdadera economía se sustenta en la cultura emprendedora. Pero no en la cultura emprendedora ficticia o virtual, que no aporta nada, sino en la que intrínsicamente lleva aparejada las ganas de hacer, de crear, de atender las necesidades de las personas, de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, de facilitar su desarrollo. En definitiva de dar algo, a cambio de algo, obtener un beneficio, y hacerlo de forma socialmente responsable. Así se crea empresa, se crea empleo, y se procura el desarrollo y la evolución de la sociedad. Las burbujas económicas, son solo eso, burbujas tan volátiles que solo duran el momento de su creación.

Las empresas han de tener bases sólidas que permitan su crecimiento. Su creación no es sencilla y la supervivencia  realmente difícil. Los cementerios de empresas están llenos de buenos proyectos y familias arruinadas, sobre todo de pequeños y medianos empresarios. Pero, aún así las cosas pueden ser más simples. Hay que buscar la claridad y simplicidad en los procedimientos, porque no todo son análisis fundamentales de economía avanzada. Por todo ello, teniendo en cuenta el sistema económico más adecuado y la poca garantía que ofrecen las teorías del cúmulo de “interpretadores”, hay que atreverse a hacer  una tercera y ultima reflexión: ¿Cuáles son los factores que pueden incidir en el éxito o fracaso de las empresas? Fundamentalmente tres: Ganas, Dinero, y… Suerte. La concurrencia de los tres factores en el mismo momento hará obtener el éxito. La ausencia de uno, varios, o todos ellos llevará irremediablemente al fracaso. ¿Solo eso? Sí. Solo eso. ¿Y donde encajan las estrategias empresariales, los planes de actuación, la formación, los masters, las personas, los recursos, los productos, los mercados…? Ahí: en Ganas, Dinero, y Suerte. Lo explicamos.

a) Ganas: Es necesario tener ganas físicas y mentales para emprender, para aprender, de asumir riesgos, de cambiar…., de conocer algo nuevo. A no todo el mundo le apetece crear empresa, y no en todo momento.

b) Dinero: Los recursos económicos o su capacidad de captación son fundamentales: propio, familiar, suficiente, de endeudamiento, controlado en ingresos, controlado en gastos, administrado adecuadamente….

c) Suerte:  Existen situaciones que no se controlan, puede existir la preparación y formación en todo lo demás, pero al final es necesario acertar con el producto, acertar con el mercado, superar a la competencia, elegir el momento adecuado….., y especialmente.., que la suerte concurra con ganas y dinero en el mismo momento.

En función de la incidencia o no de cada uno de los factores, se obtendrán uno u otros resultados, así:


A+B+C 


ÉXITO.

 A   
    

NO SE CREA EMPRESA. (Faltan dinero y suerte)


A+B o B+A 
NEGOCIO EN CRISIS. (Se tienen ganas y dinero pero no ha existido suerte en el producto, en el mercado, con la competencia, etc.)

A+C o C+A  


NO SE CREA EMPRESAS SIN RECURSOS. (Hay que tener los recursos en el momento adecuado)


 B  


RENTISTA. (No se quiere crear empresa. Es más cómodo obtener rentas)


B+C  o C+B   
AUTODESTRUCCIÓN. (No se atiende el negocio, ni sus personas, ni sus grupos interesados. Terminará en crisis)

 C   

INVESTIGADOR-CREATIVO. (Ha dado con la tecla, pero el negocio lo hará otro)




La cuestión es prepararse, aprender la gestión de las iniciativas empresariales, conocer sus técnicas, sus métodos…, el producto, el mercado, las personas…. para que cuando suceda esa concurrencia mágica de los tres factores mencionados, saber como actuar de forma responsable y tener éxito, sin olvidar, que al final…. es cuestión de tener muchas ganas, un poco de dinero, y algo…..de suerte.